El Bitcoin: El arma del Gran Reinicio.

Bitcoin: el problema.

«Hay una guerra entre quienes liberarían las criptomonedas y quienes las suprimirían. El grupo aparentemente inocuo esparcido por esta sala de conferencias representa la vanguardia de las fuerzas pro-crypto. Aunque el campo de batalla parece remoto, lo que está en juego no lo es: el resultado de esta lucha puede determinar la cantidad de libertad que nuestra sociedad nos otorgará en el siglo XXI. Para los Cypherpunks, la libertad es un tema que vale la pena arriesgar».

-Steven Levy (Crypto Rebels, en Wired, 1993)

Muchas veces tendemos a pensar en una guerra bélica como Apocalipsis. También, como es lógico, en una pandemia. La tecnología militar (biotecnológica incluida) no cesa en su desarrollo y parece improbable que no se le acabe dando un uso despiadado cuando se programa un reseteo (una renovación cosmogónica y/o escatológica) La tensión entre alianzas de países con un crecimiento exponencial de nueva tecnología punta nos mantiene, en cierto grado de consciencia, siempre en la incertidumbre. Sin embargo, la ideología apocalipticista (el pánico colectivo lleva con nosotros desde los albores de la Humanidad) donde la destrucción absoluta es provocada como en Callejón Infernal (1977) o por el perjuicio devastador de un virus letal como en Contagio (2011), desvía la atención de otros procedimientos más sutiles y sibilinos. (En Defensa, existen guerras de 4ª generación e incluso guerras híbridas como los flujos migratorios que utilizan civiles, pero la gran masa lo desconoce por lo que resulta fácil vender que toda deducción basada en pruebas, que no se atiene al discurso oficialista, forma parte de la paranoia conspirativa de mentes infantiloides o de extrema derecha)

Un procedimiento plausible fue el lanzamiento de una criptomoneda digital descentralizada (es decir, sin respaldo de un banco central o gobierno) que mantiene un anonimato del usuario (más bien, pseudoanónimato, porque el Bitcoin siempre deja un rastro en cada plataforma. A pesar del blockchain. De todas formas, este pseudoanonimato para preservar la identidad es suficiente) Casualmente, dicho lanzamiento se produjo el 1 de noviembre de 2008, días después del anuncio oficial de la crisis financiera que causó una gran recesión global, fundamentalmente, por una profunda crisis de liquidez tras la explosión de la burbuja inmobiliaria.

Un mensaje firmado por un tal Satoshi Nakamoto fue enviado a una lista de correo electrónico. Allí se describe un nuevo sistema de efectivo electrónico que no se basa en la confianza de terceros. Es decir, una moneda digital libre. En enero de 2009, nace el Bitcoin gracias a una red peer-to-peer con un software de código abierto basado en el protocolo de Satoshi.

En 2013, el crecimiento del Bitcoin consigue establecer su propio récord, a pesar de los obstáculos lógicos: alcanza 1:1000 dolares (4000% de incremento/año) También surgen nuevas formas de criptomonedas como los altcoins (un blockchain de seguridad propio) o los tokens (un blockchain de seguridad ajeno) y sucedáneos, fundamentados en conceptos antiguos como la tokenización y la criptografía clásica. A partir de aquí, se produjo una «fiebre del oro» en la que se invirtieron millones en startups de Bitcoin.

The Economist premió en 2015 (año que se firma la Agenda 2030) al misterioso Nakamoto, creador del Bitcoin. Rescato un artículo de la investigación periodística más ardua (2011) que se llevó a cabo para desvelar su identidad. La única pista fiable es que Nakamoto residió durante un tiempo en el continente americano.

El 20 de mayo de 2020, en plena pandemia, se liquidó una cuenta con 50 Bitcoins que, según Blockchain.com, se creó en el primer mes del nacimiento del Bitcoin y llevaba 11 años sin realizar un solo movimiento. Por lo tanto, se especula que puede tratarse de Satoshi. ¿Regresará Satoshi con una fórmula revolucionaría?

Govcoin: la solución.

En mayo de 2021, el Bitcoin sigue rompiendo récords, mientras The Economist anuncia la moneda digital sin criptografía: Govcoin. Esta última estaría respaldada por un tercero (es decir, centralizada) y ya no sería anónima. El Bitcoin supone un exceso de libertad que puede cundir en anarquía porque se mueve dentro de un entorno no regulado y, básicamente, abre la posibilidad de evadir impuestos y comprar mercancías ilegales (aparentemente, se lanzó como arma contra el expolio bancario) Las redes privadas no supervisadas podrían alimentar el fraude y los abusos de privacidad, y ahí entra en juego la solución: El Govcoin de los gobiernos y las grandes corporaciones. Pero, ¿es el govcoin el que ahora se reviste de un aura positiva?

La motivación para los gobiernos y los bancos centrales es un supuesto miedo a perder el control. Los bancos centrales aprovechan el sistema bancario para amplificar la política monetaria. Si los pagos, depósitos y préstamos migran de los bancos a ámbitos digitales de gestión privada, los bancos centrales tendrían dificultades para gestionar el ciclo económico e inyectar fondos en el sistema durante una crisis (como ocurrió en 2008). Ese ciclo perpetúa la deuda y la hiperinflación con las consiguientes terapias de choque: reducción del gasto público y presión fiscal que se ejerce sobre los Estados. La otra motivación es la promesa de un mejor sistema financiero. Idealmente, el dinero proporciona un depósito de valor confiable y un medio de pago eficiente. Las monedas electrónicas gubernamentales obtendrían una puntuación alta, ya que están garantizadas por el Estado y utilizan un centro de pagos central y barato. Como resultado, Govcoin podría reducir los gastos operativos de la industria financiera global, que ascienden a más de 350 dólares al año por cada persona, y fomentar un mercado estable y financieramente sostenible. En mayo de 2021, Elon Musk se divirtió especulando con el Bitcoin a golpe de tuit (como también lo había hecho Mike Hearn en 2016) precisamente con uno de los argumentos que utilizan los govcoin (los que supuestamente deberían ser su enemigo): la sostenibilidad. Es una razón bien fundamentada y se explica porque el consumo de energía de las criptomonedas está relacionado con los cálculos que realiza un ordenador cada vez que se procesa una transacción o se mina una nueva moneda. Para eso, Tesla quiere sustituir el Bitcoin (707 KW/transacción) por el Dogcoin (0,12 KW/transacción) Al menos, hasta la fecha.

Pero, ¿es este el futuro próximo que nos aguarda? ¿El anarcocapitalismo de Musk ganará la batalla y la criptomoneda sostenible (Dogecoin) se mantendrá en un entorno no regulado después del Gran Reinicio de los neoliberales?

El gran Reinicio: la era digital y el Panóptico tecnocrático.

«No poseerás nada, y serás feliz».

-Foro Económico Mundial (2 de febrero de 2019)

El Gran Hermano (compuesto por los factores de poder que controlan los gobiernos de los estados) va a atacar su propia arma (El Bitcoin) lanzado como señuelo para crear una iniciativa popular positiva que ha seguido el curso que se preveía. Ahora, vista como una amenaza, debe ser repelida mediante la solución (El Govcoin) El Bitcoin debe ser destruido. Hay que regular el entorno. Es una operación encubierta (no se descubre la identidad de Satoshi) aplicado a la cibernética. De hecho, hasta 1997, el código criptográfico era legalmente una munición y caía hasta ITAR, y las restricciones de longitud de clave en el EAR no se eliminaron hasta el año 2000.

Pero, ¿cómo tienen pensado hacerlo?

Cyber polygon, como simulacro el 9 de julio de 2021, pretende marcar dos posibles escenarios en los que habrá un apagón digital global a la cadena de suministros. La auténtica crisis comenzará a partir de la operación real, en la que el hackeo deberá romper las barreras de seguridad y la criptografía no actualizada detrás de SHA256 para el control de criptomonedas (justificación para Govcoins), del acceso a internet o a tu cuenta bancaria (justificación para la identificación digital ID2020), etc. Todo aquel que esté funcionando con el Bitcoin podría perder su dinero digital. Además, un solo día sin Internet costaría a nuestras economías más de 50000 millones de dólares. Así que, el Panóptico tecnocrático será implantado para establecer el nuevo orden: No hay que desdeñar que si los bancos se quedan sin fondos, alguien más tendría que hacer los préstamos que impulsan la creación de empresas. Esto plantea la perspectiva totalitaria de que los tecnócratas influyan en la asignación de crédito (Recuerda que el Evento 201, el día 18 de octubre de 2019, fue el simulacro de la pandemia vírica basado en el escenario de pandemia SPARS, publicado por Johns Hopkins Center for Health Security en 2017)

¿Fue el Bitcoin la implementación final del proyecto que la CIA o el NSA mandó diseñar en los años 80? 

En los años 70, se sabe que la criptografía se practicaba en secreto por agencias militares. The Economist anunció en 1988 esa nueva moneda global electrónica. Sin embargo, no hay que olvidar que el concepto mismo de «moneda digital» se introdujo por primera vez en 1982 en un trabajo de investigación de David Lee Chaum, quien más tarde (1994) lo implementó en su compañía DigiCash. Los cypherpunks más importantes (Hugues, May, Gilmore, Szabo, Back, Merkle, Haber, Finney o Assange) parecen no tener ningún vínculo con los servicios de inteligencia u organizaciones gubernamentales. Los criptógrafos de Internet que han ido mejorando la seguridad del dinero digital, durante más de 30 años, consideran que aquel fue un movimiento espontáneo alternativo que se dirigía a destruir la vigilancia del Estado.

¿Es una teoría de la conspiración especular que los servicios de inteligencia contrataron a los mejores matemáticos y programadores para teorizar cómo sería una criptomoneda y cómo funcionaría, en aquellos años 80? 

Es probable. El movimiento cypherpunk estaba en pleno auge y es lógico que algo de tal naturaleza se haya podido dar de manera auténtica. Asimismo, sucedió con la aparición de canales de radio alternativos que los monopolios de los Mass Media tuvieron que sofocar. La red interconectada descentralizada (Internet) que surgió en 1969 no se popularizó de forma masiva hasta finales del año 2000, con la aparición de los teléfonos inteligentes enfocados en el consumidor (Nokia, 2006) y el Iphone (Apple, 2007): una nueva droga de diseño (adictiva) que transformaría las transacciones económicas, el significado de libertad, la sociabilidad y los procesos cognitivos de las personas. Ahora ha llegado el momento de confluencia en el que Internet y la criptomoneda, vista como una necesidad más por el usuario y una amenaza para el gobierno, en la que el descontrol de millones de interacciones, transacciones, opiniones e informaciones prácticamente campa a sus anchas, debe ser abolida mediante regulaciones: la identificación digital y el Govcoin. De hecho, con la tecnología Blockchain nos estamos jugando también tener la seguridad en el voto electrónico y luchar frente al fraude electoral tanto en una posible democracia directa digital como representativa. ¿Se designaría a una empresa privada para la administración y cómputo de tal tarea, completamente ajena a un tráfico de influencias por parte de los Estados?

Sin embargo, ¿Qué ocurre con Satoshi Nakamoto? ¿Por qué apareció en 2008 y no se conoce su identidad? ¿Puede ser un genio único en su especie? 

Lo más probable es que se trate de un anagrama codificado con las iniciales de los científicos que participaron en el diseño de las bases de dicho proyecto. Mi reflexión es que el Bitcoin (y otras criptomonedas derivadas) han sido un señuelo para generar una tendencia positiva y convertir luego ésta en un hábito, cuyo objetivo era familiarizar a la población con el concepto de una moneda digital. Del hábito a la necesidad hay un solo paso. Ya cumplió su propósito porque la masa ha ayudado a afianzar indirectamente el concepto. Para el 2022, la mitad del efectivo mundial va a desaparecer y han anunciado que el nuevo sistema de control (moneda digital govcoin) será instaurado de forma oficial y obligatoria para 2025 (UE tendrá su euro digital). A esas alturas, se deduce que la nueva religión política del ecologismo será la que marcará bonificaciones y sanciones automáticas a tu bolsillo digital. Por lo tanto, la Humanidad quedará escindida entre los que considerarán que sobreviven a una dictadura global y los que disfrutan de un mundo feliz por ser ahora responsables, siempre y en todo lugar, con el medio ambiente.

¿Qué tiene que ver el Govcoin con el Gran Reinicio de un nuevo modelo socio-económico? 

El Gran Reinicio es un plan global de 8 propuestas para cambiar el mundo. Se anunció oficialmente en una convención en Davos (Suiza) el 21 de enero de 2021 e hizo resonar el lema de la abolición de la propiedad privada vinculado a la felicidad que el WEF publicó el 2 de febrero de 2019 en sus propias redes. La pandemia les hizo rescatar oportunamente ese lema y sus propuestas anteriores con el objetivo de llevar a cabo una cuarta revolución industrial que creara una economía digital sostenible. Dicho Reinicio necesita de 2 fases muy elaboradas y que han costado mucho tiempo, inversión económica y esfuerzo intelectual:

1) Ingeniería social (Odio)

2) Pandemia (Miedo)

Por lo tanto, el Gran Reinicio se dará después de que las diversas pandemias (biológicas y cibernéticas) nos hagan recapacitar sobre nuestra culpabilidad debido a la contaminación del medio ambiente (la zoonosis sigue siendo el argumento del origen de la enfermedad, aparecida en 2019, por parte de los investigadores de la OMS) El pánico global instaurado y la propaganda del sistema nos dirigirá hacia la forma de vida adecuada y sostenible (residir en una covivienda, no viajar tanto, utilizar el transporte público siempre, ser vegano, etc.) en la que hay nuevos nichos de mercado para las multinacionales que están diseñando esas tecnologías (hidrógeno verde, bioconstrucción, biometrización, electrificación, tecnología 3D alimentaria, etc.) Entonces y, sólo entonces, después de que la ingeniería social en una primera fase sirviera de división y colectivización generadora de odio (lanzada con el aura positiva de la justicia social) y las pandemias (como pánico global o apocalpticismo lanzados con el mensaje de culpabilidad por la destrucción medioambiental y por ser malos consumidores de energía), estaremos preparados para reiniciar la economía con un capitalismo inclusivo (socialista, es decir, “de las partes interesadas” que los factores de poder más importantes han conseguido atraer a sí mismos a China) con un moneda digital supervisada por el Estado, el Banco Central, Facebook o Amazon, que ahora será para cada individuo un Panóptico tecnocrático inclemente, mucho más fuerte que un Dios salvaje salido del desierto.

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